La Defensa y Conciliación del Derecho venezolano.

Sala de Casación Civil, Sala de Casación Penal, Sala Político Administrativa y Sala Constitucional.

REFLEXIÓN

EL ARTE EN EL DERECHO. 

EL ARTE DE LA LECTURA 
JUSTICIA

Con mucho respeto enaltecemos la doctrina judicial, siendo que la calidad de análisis jurisprudencial y el humus del buen derecho deben prevalecer en la realidad imperante de nuestro país, con destacadas jurisprudencias que desarrollan la progresividad del derecho, análisis crítico y proporcionalidad a cada caso en particular, en pro de la defensa y conciliación del derecho venezolano. La pasión por la lectura del derecho es la mejor herramienta del conocimiento. 

En donde se debe respetar la norma jurídica y su interpretación de forma equilibrada al Estado Social de Derecho y de la Justicia; con el propósito esencial de una interpretación acorde a la norma que crea el legislador para dar soluciones idóneas, es por esta razón que fundamento este análisis acorde a lo expuesto por la Magistrada Doctora Yolanda Jaimes Guerrero, en su Discurso de orden de Apertura de las Actividades Judiciales de fecha 16 de enero de 2003, que se titula “AUTONOMÍA E INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL”, del Tribunal Supremo de Justicia, Serie Eventos Nro.°11, Caracas-Venezuela, cito textualmente extracto del referido Discurso, en vista que hace una reflexión de la Justicia y del valor de la Justicia:

“Ninguna palabra es tan nombrada como la palabra Justicia. No hay Tratadista que se precie de serlo, que no haya publicado por lo menos dos o tres libros referidos a la justicia. No hay manifestación callejera donde no resuene como campanario de iglesia, la petición de Justicia. Ninguno de los textos constitucionales del gran número de países que componen el globo terrestre carece de la palabra “justicia” en cada una de sus partes. 

¡Qué responsabilidad tan grande la de quienes tenemos el deber de impartir justicia! La piden niños y niñas, mujeres y hombres, ancianos y ancianas, instituciones públicas y privadas. Esta generalizada y constante petición de Justicia, amerita una reflexión serena aquí, al borde del mar Caribe y allá, en las cercanías del Everest. 

Aquí donde hace calor y allá en el confín del hemisferio norte donde el frío se cuela hasta los huesos. Se invoca tanto la justicia, porque no hay maltrato de mayor magnitud a la dignidad humana como la Injusticia. 
Y es que no existen injusticias pequeñas. Tan grande es la que padece el niño a quien le arrebatan una metra o un trompo, como la que condena a un inocente o absuelve a un culpable.

La Justicia tiene que ser siempre tan igualitaria como el aire que circula por el planeta. Tiene que ser tan transparente como el agua que emerge de un manantial. Tan profunda como los océanos que separan a los continentes poblados por la sociedad humana”.

Considerando lo expuesto por la Magistrada Doctora Yolanda Jaimes Guerrero, cito textualmente extracto del referido discurso: “He allí la importancia que cobra la jurisprudencia para nosotros, los abogados, para las personas que acceden a los tribunales y para los funcionarios, ya que las decisiones de los jueces no son instrumentos fríos ni sin vida; son, por el contrario, la expresión de su poder creador. 

Por ello asentamos que no existe mecanismo más efectivo para el estudio del derecho que el estudio de la jurisprudencia; ésta es el resultado del análisis previo del expediente procesal, que amerita dejar de lado dogmas y concepciones personales, por sólidas e importantes que parezcan, pues muchas veces impiden evaluar con la debida objetividad los hechos y el derecho, desnaturalizando las sentencias, alejándolas virtualmente del sendero que lleva al conocimiento científico.

La jurisprudencia constituye una herramienta de justicia, indispensable para el desenvolvimiento democrático, como es el escalímetro para el ingeniero que analiza un plano; el estetoscopio para la médica que ausculta los latidos del corazón del enfermo, y como la caja de creyones para el escolar que dibuja un paisaje con un sol grande que grita al mundo ¡NECESITAMOS PAZ!

Además de la importancia de la capacitación de los jueces, debe vigilarse su interés por el desempeño posterior de sus funciones en un Estado de Derecho, cuya finalidad primordial debe ser el respeto y la garantía de los derechos humanos, pues si los agentes judiciales se apartan de dicha misión, nos alejamos del Estado de Justicia que pretendemos. 

El juez debe aplicar el derecho de un modo independiente e imparcial. La función judicial no se agota con la actuación del derecho objetivo, sino que se complementa con la concreta tutela de intereses violados o amenazados. Corresponde al Juez la aplicación efectiva de la justicia; su actuación debe ser sensitiva a la plena realización de la justicia social.

De lo antes esgrimido la jurisprudencia constituye una herramienta de justicia, que debe estar más viva que nunca, ya que enaltecemos el derecho como garantía constitucional y tutela judicial efectiva; y el estudio incansable para alcanzar la tan añorada justicia social, justicia procesal, justicia en el estudio y razonamiento lógico de los elementos fácticos, derecho y justicia igualitaria, ¡NECESITAMOS JUSTICIA!

Destacamos la dialéctica y la hermenéutica del derecho como estudio de la progresividad y relatividad de nuestra jurisprudencia.

“La independencia institucional es una condición indispensable para que los jueces actúen con imparcialidad en el desempeño de sus funciones y es una garantía jurisdiccional de los ciudadanos y ciudadanas frente a los actos abusivos o ilegales de los otros poderes o de ciertos grupos que pretendan influir en ellos”. 

“El Tribunal Supremo de Justicia, como máximo órgano al que corresponde la función jurisdiccional, está obligado a observar absoluta independencia en la toma de sus decisiones desvinculado de cualquier tipo de intereses personales, políticos, religiosos, de amistad, económicos o de otra naturaleza, para que sus sentencias sean el producto de un cuerpo imparcial y autónomo comprometido sólo con los más altos intereses del país y de su pueblo. La imparcialidad es una de las principales virtudes que debe poseer el juez”.






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