"Privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad".
Son alarmantes las condiciones de reclusión de detenidos en protestas postelectorales.
Son mÔs de 1.500 personas detenidas, según han podido verificar distintas organizaciones no gubernamentales, aunque según el propio Ministerio Público son mÔs de 2.000 personas tras las rejas.
Desde el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) hemos denunciado continua y sostenidamente el hacinamiento crĆtico en las cĆ”rceles de nuestro paĆs, por lo que este tipo de prĆ”cticas inconstitucionales se han vuelto ley para el rĆ©gimen y atentan contra las garantĆas judiciales establecidas en nuestra Carta Magna.
En ese sentido, en el OVP sentimos una gran preocupación por las condiciones infrahumanas de reclusión en las que se encuentran todas las personas que han sido arrestadas arbitrariamente. Sabemos que a ninguno de estos ciudadanos/as les han practicado evaluaciones mĆ©dicas o psicológicas, e incluso algunos padecen de ciertas patologĆas o discapacidad y no les garantizan el acceso a una atención mĆ©dica digna y adecuada.
El acceso al agua potable en los recintos penitenciarios es nulo o lo poco que les llega no es apto para el consumo ni para asearse, la alimentación estĆ” basada en granos, arroz o arepas sin relleno, ademĆ”s no consumen frutas, verduras y mucho menos proteĆnas.
En cuanto a las personas que se encuentran en los calabozos policiales, son sometidos a compartir celdas totalmente hacinadas e insalubres, donde tienen que hacer sus necesidades en bolsas o potes plÔsticos, se ven obligados a dormir en el suelo o de pie, según la cantidad de detenidos en un mismo calabozo; mientras que la comida y el agua potable debe ser suministrada por los familiares.
El común denominador en estas detenciones arbitrarias es la violación al derecho al debido proceso, pues ninguno de los aprehendidos ha tenido acceso a sus abogados de confianza y ni siquiera han podido comunicarse con sus familiares.
La opacidad de la información por parte del rĆ©gimen tambiĆ©n estĆ” a la orden del dĆa, tanto asĆ que no se sabe con certeza la cantidad de aprehendidos trasladados a centros penitenciarios y la cantidad de jóvenes enviados a centros de atención de adolescentes.
En tanto, los detenidos en algunas regiones de Venezuela estÔn siendo trasladados a la ciudad de Caracas, sin explicación y sin que sus familiares sepan a dónde dirigirse. Esto complica mÔs su situación porque ademÔs se incrementan los gastos en los traslados de los familiares para realizar las visitas y proveer de insumos a sus seres queridos.
Desde OVP exigimos la liberación inmediata y sin restricciones de todas las personas que han sido detenidas de forma arbitraria por el simple hecho de manifestar pacĆficamente, aquellos que solo estaban en la puerta de su casa o caminando por alguna calle, o quienes simplemente fueron apresados por su pensamiento polĆtico.
Prensa Observatorio Venezolano de Prisiones.
Sin agua y hacinadas en pequeƱas celdas sobreviven mujeres detenidas en protestas postelectorales.
En un entorno carcelario marcado por el hacinamiento, la falta de acceso a servicios bĆ”sicos, y la violencia de gĆ©nero, las mujeres privadas de libertad en Venezuela son constantemente sometidas a tratos inhumanos que van desde la tortura fĆsica y psicológica, hasta la negación de atención mĆ©dica adecuada.
Fuentes extraoficiales, cuya identidad serĆ” reservada por temor a represalias, informaron al equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) sobre la deplorable situación intramuros que padecen al menos 70 mujeres detenidas arbitrariamente en el marco de la represión postelectoral en Venezuela, y que actualmente permanecen recluidas en el Centro de Formación para Procesadas Femeninas “La CrisĆ”lida”, ubicado en el estado Miranda.
SegĆŗn la información recopilada, las mujeres estarĆan siendo recluidas en grupos de 10 personas en cada celda, y solo les dan un tobo o balde de agua para que todas puedan satisfacer sus necesidades bĆ”sicas y de higiene. No reciben una alimentación balanceada y suficiente, pues Ćŗnicamente estarĆan consumiendo pasta con mortadela.
Durante el dĆa son presuntamente maltratadas por la directora del recinto, quien les echa agua frĆa y las califica y estigmatiza como “terroristas”, ademĆ”s de torturarlas porque continuamente les afirma que pasarĆ”n mucho tiempo en privación de libertad.
Por su parte, para ingresar al centro, las mujeres visitantes son sometidas a requisas de naturaleza invasiva, ya que deben desnudarse y agacharse para que una custodia revise sus partes Ćntimas. Igualmente, son obligadas a cumplir con unos parĆ”metros de vestimenta como franela o camisa blanca, pantalones tipo jean y sandalias.
Asimismo, se han reportado diversas irregularidades en el proceso judicial seguido en contra de estas mujeres, pues en muchos casos no se han podido encontrar expedientes de las detenidas ni registros en el sistema correspondiente. Esta falta de documentación resulta inaceptable, especialmente cuando las personas detenidas ya han sido presentadas ante un Tribunal en función de control, por lo que el mismo deberĆa disponer de un expediente que refleje las actuaciones realizadas hasta la fecha.
Al requerir información, la respuesta recibida ha sido: “aĆŗn estamos a la espera de la lista de personas presentadas”, sin ofrecer una respuesta clara a los abogados y familiares sobre el estado procesal de los casos.
En ese sentido, el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) denunciarĆ” el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la RelatorĆa de Venezuela de la CIDH, la RelatorĆa sobre los DDHH de las Personas Privadas de Libertad de la CIDH, la RelatorĆa de los derechos de las mujeres de la CIDH, el SubcomitĆ© para la prevención de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DDHH.
Por Ćŗltimo, es importante destacar que el sistema de justicia representado por los jueces de ejecución, fiscales del Ministerio PĆŗblico, la DefensorĆa del Pueblo, Defensa PĆŗblica y el Ministerio del Servicio Penitenciario, ha demostrado una complicidad alarmante en la tortura, trato cruel, inhumano y degradante, hacia las mujeres detenidas arbitrariamente durante las protestas postelectorales. Esta red de actores, lejos de proteger los derechos fundamentales de estas mujeres, ha perpetuado su sufrimiento y vulnerabilidad, convirtiĆ©ndose en cómplices de una represión injusta e inhumana. HabrĆ” justicia.
Los abogados no podemos callar a tan atroz situación de irregularidad y violaciones de derechos humanos, por ello nos unimos en la defensa de los derechos humanos y el respeto al Estado Social de Derecho y de justicia, CREEMOS EN EL DERECHO Y EN LA LIBERTAD DE LA MANO DE DIOS, siendo que prevalece la realidad de hechos, hago mención de la siguiente reflexión del lĆder Mundial Nelsón Mandela:
Privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad.
Cuando se escriba la historia de nuestro tiempo, ¿seremos recordados por haber hecho lo correcto o por haber dado la espalda a una crisis global?
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