El riesgo del error humano y la falibilidad de los jueces son aspectos intrínsecos a cualquier sistema de justicia, incluyendo aquellos diseñados para ser lo más justos y precisos posible. Reconocer y comprender estas limitaciones es fundamental para evaluar la solidez y las posibles deficiencias del proceso judicial.

Error Humano en el Sistema de Justicia.
El sistema de justicia involucra a una gran cantidad de personas en diferentes roles, y cada una de ellas es susceptible a cometer errores:
Investigadores y Policías: Pueden cometer errores en la recolección, preservación o interpretación de pruebas. Pueden enfocarse prematuramente en un sospechoso y pasar por alto otras pistas.
Testigos: Como mencionamos antes, la memoria de los testigos es falible y puede verse afectada por el estrés, el tiempo transcurrido, sugestiones externas o prejuicios. Las identificaciones erróneas son una causa común de condenas injustas.
Abogados Defensores: Pueden cometer errores estratégicos, no investigar adecuadamente el caso, no presentar pruebas exculpatorias relevantes o carecer de la experiencia necesaria para defender eficazmente a su cliente.
Fiscales: Pueden cometer errores de juicio al decidir qué cargos presentar, cómo presentar la evidencia acorde a los elementos fácticos y elementos de convicción. También existe el riesgo de conducta indebida, como ocultar pruebas, desviar el procedimiento de investigación, no encausamiento de los hechos, no diligenciar correctamente y en tiempo prudencial para el esclarecimiento de los hechos, o presionar a testigos.
Personal de Laboratorio Forense: Pueden cometer errores en el análisis de pruebas, interpretar resultados de manera incorrecta o incluso incurrir en fraude (No en todos los casos, pero puede ocurrir).
Jueces Falibles.
Los jueces, aunque profesionales del derecho con experiencia, también son seres humanos y, por lo tanto, falibles. Su falibilidad puede manifestarse de diversas maneras:
Sesgos Inconscientes: Los jueces pueden tener prejuicios implícitos basados en su origen, experiencias o creencias, que pueden influir en sus decisiones, incluso sin que sean conscientes de ello.
Errores de Interpretación de la Ley: La ley puede ser compleja y ambigua. Los jueces pueden interpretar leyes, doctrinas, precedentes judiciales o reglas de procedimiento de manera incorrecta.
Errores de Evaluación de la Evidencia: los jueces pueden cometer errores al evaluar la credibilidad de los testigos o la relevancia y el peso de las pruebas presentadas. Esto es particularmente relevante en juicios.
Presiones Externas: En algunos sistemas judiciales, los jueces pueden estar sujetos a presiones políticas, mediáticas o de la opinión pública, lo que podría influir en sus decisiones.
Limitaciones de Información: Los jueces solo pueden tomar decisiones basadas en la información y las pruebas que se les presentan, alegar y probar en autos. Si la investigación o la presentación del caso son deficientes, el juez puede no tener una imagen completa de los hechos, de conformidad con el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil.
Creencias Personales y Filosofía Judicial: La filosofía judicial y las creencias personales de un juez pueden influir en su interpretación de la ley y en sus decisiones dentro de los límites de su discreción judicial.
Conclusión:
El error humano es una realidad ineludible en cualquier sistema complejo que involucre la toma de decisiones por parte de personas. Los jueces, a pesar de su experiencia y capacitación, no son inmunes a la falibilidad. Reconocer este riesgo es esencial para abogar por mejoras continuas en el sistema de justicia, incluyendo la implementación de salvaguardias más sólidas, la promoción de una defensa adecuada para todas las víctimas y acusados conllevan a la adopción de un enfoque cauteloso. La búsqueda de la justicia debe ir acompañada de una constante vigilancia contra la posibilidad del error humano.
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