INCOMUNICADOS Y SIN VISITA MANTIENEN A LOS DETENIDOS
EN REPRESIÓN POSTELECTORAL.
EL CLIMA DE MIEDO EN VENEZUELA.
“Privar a las personas de sus derechos humanos es
poner en tela de juicio su propia humanidad”. Nelsón Mandela.
Mi blogs se une a la divulgación
y prevención sobre las violaciones de derechos humanos en Venezuela, en pro de
hacer un llamado al respeto interno del cumplimiento y protección de los derechos
humanos catalogados de primer orden: 1.- El derecho a la Vida. 2.- Derecho a la libertad. 3.-Derecho
a un trato digno y respeto a la dignidad humana. 4.-No a la tortura; 5.-No a la
corrupción. Prohibido olvidar y solicitud inexorable del cumplimiento del derecho en pro de
la defensa de los principios fundamentales como es el derecho a la vida y a la
libertad en concordancia a la libertad de expresión y opinión.
El derecho a la defensa es un derecho inviolable, el derecho al respeto de los derechos políticos es el principal respeto al derecho ajeno; es el respeto a la disidencia y es el respeto a la soberanía popular de los ciudadanos venezolanos.
El cumplimiento del derecho en el orden interno es el derecho a la humanidad.
Un país no puede vivir bajo el
miedo, opresión y en silencio, reflexión de derecho.
Cito textualmente la Fuente, a la cual felicito por su trabajo de investigación y divulgación del presente artículo y denuncia: Incomunicados y sin visita mantienen a los detenidos en represión postelectoral | Observatorio Venezolano de Prisiones (oveprisiones.com)
Fecha de publicación: 12/09/2024.
" Lo peor que le puede pasar al familiar de un privado de libertad es no saber su estado de salud o bajo qué condiciones fue encarcelado. Esta es precisamente la aberrante situación que atraviesan los familiares de más de 700 presos políticos que fueron trasladados desde diversos calabozos policiales en todo el territorio nacional hasta el Internado Judicial de Aragua, conocido como Tocorón, y el Internado Judicial de Tocuyito en el estado Carabobo.
Durante los últimos días han
surgido todo tipo de informaciones que dan testimonio de las violaciones a los
derechos humanos contra la población penitenciaria en nuestro país. Desde
dramáticos audios de las mujeres tras las rejas en el Instituto Nacional de
Orientación Femenina (INOF) en Los Teques, estado Miranda, donde claman por
ayuda y presencia de la prensa porque las están torturando, hasta la
excarcelación de 76 adolescentes aprehendidos.
Al respecto, es importante
mencionar que las detenciones de menores de edad son una estrategia deliberada
del régimen para sembrar el miedo, reprimir la disidencia y una violación
directa de los tratados internacionales sobre los derechos del niño y
adolescentes, que garantizan su protección especial en situaciones de
conflicto. Al actuar de esta manera, el régimen venezolano no solo atenta
contra las libertades civiles, sino que también perpetúa un ciclo de represión
que afecta profundamente el futuro de la juventud del país.
Desde el Observatorio
Venezolano de Prisiones (OVP) hemos recabado y documentado muchas
denuncias sobre violaciones contra los derechos humanos de los hombres, mujeres
y adolescentes detenidos en las protestas postelectorales, las cuales fueron enviadas a los organismos internacionales para que puedan evaluar su
gravedad y ofrecer protección a las víctimas.
En ese sentido, tal como hemos
denunciado con anterioridad, preocupa en gran medida las condiciones de
encarcelamiento de más de 700 personas, a quienes hasta la fecha no les han
permitido visitas ni la designación de sus abogados de confianza, limitando su
capacidad de recibir apoyo tanto legal como emocional, creando un entorno
propicio para la tortura, el maltrato y otros abusos.
La privación de visitas de
familiares exacerba el sufrimiento de los detenidos, aumentando su
vulnerabilidad y deshumanización. Este tipo de prácticas, que son contrarias a
las normativas internacionales de derechos humanos, reflejan un sistema
punitivo que busca quebrantar la resistencia de los presos y debilitar su capacidad
de oponerse a la injusticia. Además, la falta de contacto con un equipo legal
de su preferencia compromete la equidad del proceso judicial, dado que los
detenidos quedan indefensos frente a las acusaciones en su contra.
Aunado al sufrimiento de los
privados de libertad, los familiares deben sacar recursos de donde no tienen
para recorrer hasta más de 600 kilómetros hasta los recintos penitenciarios.
Tal como denunciamos en nuestro informe “El desvío de la justicia:
Traslados de las personas privadas de libertad bajo un enfoque de derechos
humanos”, son muchos los venezolanos que deben pagar hasta
182 dólares ida y vuelta solo en transporte, sin contabilizar la comida,
estadía y lo que se invirtió para llevar insumos al recluso.
En tanto, las personas que
pueden visitar a los presos deben ser familiares directos, principalmente
madres y esposas, pero en su mayoría son las madres quienes se encargan de esta
fatídica tarea. Además, la situación económica de muchos familiares no les
permite realizar estos gastos ni siquiera de forma mensual, por lo que miles de
presos son abandonados a su suerte.
Pero no solo se trata del
costo económico, sino del daño psicológico al que son sometidos los familiares.
En algunos casos las madres o padres recorren hasta tres recintos
penitenciarios sin encontrar una sola lista en el que figure el nombre de su
ser querido, incluso algunos se animan a trasladarse hasta la morgue con el
temor de que lo peor haya sucedido.
Desde las cárceles de Tocorón
y Tocuyito la única respuesta que han recibido es una invitación a retirarse de
las adyacencias, con la excusa de que les avisarán cuando puedan ingresar, pero
ni siquiera les aseguran que su ser querido se encuentre en estas
instalaciones. Los más arriesgados se quedan durmiendo en los alrededores
porque no tienen cómo pagar un hospedaje, siempre con el temor de ser víctimas
del hampa, mientras que otros vuelven a sus hogares sin ninguna esperanza.
Es de resaltar que en la
cárcel de Tocorón se encuentran vigentes las medidas provisionales emitidas por
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), debido a las graves violaciones
de derechos humanos perpetrados en su interior. Sin embargo, la falta de acción
del Estado en torno a estas medidas evidencia un incumplimiento de sus
obligaciones internacionales y agrava la crisis humanitaria dentro del sistema
penitenciario.
No ven la luz del sol
Para quienes continúan en los
centros de detención preventiva, la situación no es más esperanzadora. Aunque
reciben visita durante pocos minutos porque les deben llevar comida, entre
otros insumos, sus condiciones de reclusión son totalmente inhumanas.
A algunos les ha tocado dormir en colchonetas en el piso y no han visto la luz del sol desde el primer día de su detención, así como también sobreviven hacinados y vigilados, incluso durante la visita, como si se tratara de criminales de alta peligrosidad. En ese sentido, los familiares aseguran que no pueden conversar libremente y desconocen si reciben la totalidad del agua y los alimentos que les envían a diario".
El clima de miedo en Venezuela.
"La Oficina del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH)
señaló que en Venezuela existe un clima de miedo y manifestó su preocupación al
respecto.
Ravina
Shamdasani, portavoz de la ACNUDH, dijo además que en Venezuela se está
deteniendo a las personas por manifestar su derecho a la participación
política, a la libertad de expresión y a la libertad de asamblea.
Por su parte,
Stephan Dujarric, portavoz del Secretario General de la ONU, António Guterres,
declaró que el Secretario General reiteró su llamamiento a la protección plena
y el respeto de los derechos humanos, y recordó que “nadie debe ser sometido a
arresto o detención arbitraria”.
Desde
el OVP hacemos énfasis en que todas las personas detenidas
arbitrariamente, quienes deberían gozar de libertad plena y sin restricciones,
merecen un trato digno y conforme a las leyes nacionales e internacionales.
Exigimos el fin inmediato de la tortura, la incomunicación y otros tratos
inhumanos, así como el respeto al debido proceso".
Prensa
Observatorio Venezolano de Prisiones
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